viernes, 18 de marzo de 2011

O.V.N.I.s EN AL ANTIGUA INDIA

La creencia hindú, a través de su literatura, habla de una mítica máquina voladora a la que llaman Vimana. Muchísimos textos antiguos hacen referencia a artefactos que podían volar por los cielos, por debajo del agua e incluso volar a otros planetas. Desde distintas culturas de la más remota antigüedad se ha instaurado la creencia de que la Tierra fue visitada por seres provenientes de otros mundos muchos más avanzados que “colaboraron” de alguna manera en la evolución de la especie humana.
Tenemos así cantidades de vestigios que nos llegan desde Caldea, Babilonia, Egipto como en otros lugares de África y Europa hasta las hermanas culturas continente Americano, Hopis, Mayas, Aztecas, Incas, entre muchos otros, que llevan a pensar e interpretar sobre la existencia de Dioses Tecnológicos pero que no son pruebas determinantes que corroboren definitivamente dichas creencias.
Lo cierto es que en los antiquísimos escritos Hindúes, llamados Vedas, en particular en dos de ellos como son el Majábharata y el Bhágavat Puraná se describen e ilustran Vimanas de diferentes tamaños y formas, ya sea como un carro o carroza con las que viajaban los Dioses o como míticos automóviles voladores. En otras se los describe como casas o palacios voladores que podían tener varios pisos de altura.
Otros textos que hablan y describen Vimanas de las formas más variadas son: el Ramaiana, el Kirataryuníia, y el Samarangana Subtrahara, donde también se los llama Pushpaka.
El Ramaiana es un gran poema épico hindú el cual es atribuido el poeta Valmiki. En el se encuentran alusiones a los carros voladores utilizados en el curso de las guerras entre los dioses que conforman el panteón hindú.
El desarrollo de los hechos es comentado así:
Rama, el Kakutsida, le dijo a Vibhishana: “Ocúpate de procurarme un pronto regreso a mi ciudad. El camino a Ayodhyá es muy difícil de recorrer”. A lo que respondió Vibhishana: “Hijo de monarca de la Tierra, yo cuidaré que te conduzcan a tu ciudad. Hay un carro llamado Pushpaka, carro incomparable, resplandeciente como el Sol y que marcha por sí mismo. Montado sobre ese carro, él te conducirá sin inquietud hasta Aiodhiá”.
Tras estas palabras Vibhishana llamó urgentemente al carro parecido al Sol, acompañado por su hermano y por la ilustre Videhana, encendida de rubor. El Raghuida, ya montado, le dijo a Sugriva: “Apresúrate a subir en el carro con tus generales, Sugriva. Sube también con tus ministros, Vibhishana, monarca de los Rakshasas”. Al instante, Sugriva con los reyes de los simios, y Vibhishana con sus ministros, llenos de alegría, montaron en el gran carro Pushpaka.
Cuando todos estuvieron embarcados, Rama ordenó al vehículo que partiese y el incomparable carro de Kuvera se elevó hacia el mismo seno de los cielos. El carro volaba como una gran nube empujada por los vientos. Desde allí paseando su mirada por doquier, el guerrero descendiente de Raghú, dijo a Sita la Mithiliana, la del rostro bello como el astro de la noche: “Mira, ya veo el palacio de mi madre… ¡Ayodhyá! ¡Inclínate ante ella, Sita, mi Videhana, hete aquí de regreso”!
Apenas la muchedumbre, presurosa, les vio llegar como un segundo sol y con tan rápida marcha, el aire fue rasgado con potentes gritos de alegría, lanzados por ancianos, mujeres y niños. Todos gritaban: “¡Aquí está Rama!”. Bharata, pasando de la tristeza a la alegría, se acercó, con las manos juntas y honró a Rama: “Sé bienvenido”, pronunció, con el respeto que le merecía su hermano. Pero éste se apresuró a alzarlo, lo apretó contra su pecho y lo estrechó entre sus brazos con alegría.
En el Majábharata, otro de los importantes libros épicos que cuentan la epopeya hindú, no se nombra a los vimanas, pero sí el uso de armas míticas, como el Brahmāstra que significa “arma del dios Brahma”.
En los Vedas dice que el dios del Sol viaja en un carruaje Vimana luminoso (que sería el propio Sol), y otros dioses vuelan carruajes Vimanas con ruedas, empujados por animales, generalmente caballos (aunque el carruaje del dios védico Pushan es empujado por cabras).
Según el Rāmāyana, el demonio Rávana volaba en un Pushpaka (Vímana de flores). El Nau-vímana que aparece en el Raghu Vamsa 16.68 podría ser un Vimana con forma de nave.
Textos de la India tardíos se los refiere como otros vehículos voladores, y a veces se utiliza como una manera poética de mencionar vehículos comunes terrestres.
En algunos lenguajes modernos de la India, por ejemplo en guyaratí, la palabra vimania significa precisamente “avión”.
A principios del siglo XX, un médium hindú escribió en sánscrito un texto supuestamente antiguo: el Vaimanika Shastra.
El Dr. Kunwarlal Jain Vyas sostiene que las epopeyas bélicas relatadas en los textos antiguos hindúes hablan de un periodo conocido como el Imperio de Rama, hace unos 26.000 años. Aunque su teoría es muy criticada por los teóricos convencionales, la hipótesis del Imperio de Rama es defendida con documentación histórica y física por especialistas en el estudio de civilizaciones prehistóricas tecnológicamente desarrolladas. Otro investigador, llamado Brad Steiger, sostiene que las vimanas no fueron lo único que deslumbró los cielos de la India en un pasado remoto. Una explosión nuclear acontecida hace 5.000 años borró a todos sus habitantes de la faz de la Tierra, dejando ciudades como Mohenjo Daro en el Valle del Río Indo totalmente cristalizadas.



                                                                 Senderos Iluminados

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